"Seguro que llegaría ese momento en que al recordar a Pablo sonreiría. Pero cumpliría años sin él, cuarenta, cincuenta y sesenta. Y seguiría estando triste. Otros me abrazarían, quizá incluso lo harían fuerte, muy fuerte. Pero la pena no se iría. La tristeza seguiría encerrada en ese lugar que nadie sería capaz de abrazar. No hay lugar para la pérdida. Está, pero no se ve."
Qué vas a hacer con el resto de tu vida - Laura Ferrero
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