La ciudad bajo la luna - Nerea Riesco

Publicado el 13 de marzo de 2023, 16:10

"Adrien sintió que penetraba en un océano en el que se concentraba todo el tiempo y todo el espacio. Se hundió en la boca de Belinda sobrecogido por esa suavidad húmeda e infinita. El sufrimiento por el contacto con otro ser humano se mezclaba con la vergüenza, con la perturbadora intromisión en su intimidad. Pero ante todo prevalecía el placer, tan intenso y delicioso que le mantenía inmóvil. Un placer olvidado, lejano, como un rumor de olas en un mar que había estado demasiado tiempo en calma. Unas olas que comenzaban a enervarse, arrastrando con ellas la sal, las partículas de arena, las algas y los fragmentos de conchas, para romper espumadas en la orilla. Ese goce se propagó desde el centro mismo de sus entrañas, extendiéndose por cada centímetro de su piel. Sentía que por fin había encontrado su lugar en el mundo; por fin había logrado espantar a la soledad. Escuchó desde fuera de él sus propios jadeos, hasta estallar como un crío, por puro instinto. Tras ese incontrolable arrebato se sintió vulnerable y confundido, con un regusto de plenitud que aún hacía vibrar su piel. No deseaba estar en ningún otro lugar, ni tampoco se hubiera cambiando por nadie. Quería dejarse amar por Belinda para siempre; únicamente por ella. Nada sabían los hombres zafios que buscaban el amor en cuerpos mercenarios lo que suponía amar amando; una variación que convertía el encuentro de dos cuerpos en una obra de arte. Había descubierto que era capaz de disfrutar de nuevo con la piel de otro ser humano. Belinda le había liberado de la cárcel del aislamiento. Y lloró como un niño, sintiendo que las lágrimas se le agolpaban en los párpados para deslizarse lentas por sus mejillas. Lloraba por el miedo que pasó en las trincheras, por los hombres de uno y otro bando que cayeron en el campo de batalla, porque ellos jamás tendrían la oportunidad de volver a amar, de sentir eso que solo podía sentirse estando vivo. Lloró también por él mismo, por el tiempo que había estado muerto en vida."

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